Charada acoge desde el 23 de enero, con motivo de Zinegoak 2015, la exposición Paraísos Artificiales que trata de investigar sobre el proceso de autoconstrucción de una identidad en un universo propio igualmente construido. La dialéctica entre la identidad creada, la imagen proyectada, el medio de transmisión de la misma, su percepción exterior y la posterior codificación de la imagen por parte de la sociedad constituye, en buena medida, el ámbito de creación de los artistas cuya obra se muestra.
Garazi Lara Icaza desarrolla su práctica artística en torno al género, la sexualidad y el lenguaje como instrumento de construcción. El carácter omnicomprensivo de los paraísos construidos encuentra su metáfora más perfecta con un remedio global para todos los males. Garazi nos prescribe su Panacea in generis phobia como receta universal para todas las inquinas y fobias interpersonales relacionadas con la identidad, la orientación y el género.
Valeria Vegas rastrea en los márgenes de la serie z, en la iconografía del cine del destape, en un tipo prensa ya desaparecida que canonizaba a sus propias estrellas también autoconstruidas, en la españolada y en el desnudo gratuito como posición política. Lleva a cabo un sabio ejercicio de documentación social y cultural, identificando titulares de prensa que constituyen auténticos manifiestos contraculturales. En sus creaciones, el lenguaje empleado y el propio cuerpo de sus personajes desafían la distinción entre la naturaleza y el artificio.
El Colectivo Kauffman somete al espectador a un proceso de extrañamiento y encierra a sus personajes minúsculos en fanales que actúan tanto de protección exterior como de escaparate que multiplica el morbo exterior y, por ende, la visibilidad. El mutuo diálogo que se establece entre el objeto representado y el espectador distanciado ilustra mundos inquietantes, aislados y encerrados en sí mismos, evocadores de la soledad, a menudo acompañada, del propio ser que los contempla
Verónica Eguaras, a través de las fotografías de su serie In-habiting, puebla de incertidumbres y sospechas el universo en el que vivimos y la vida interior que se protege. Un diálogo entre la realidad, el deseo y las interferencias que provoca la intervención exterior en esa puesta en escena. Una mirada particular sobre lo femenino acerca de la imagen que proyecta uno mismo y lo que la sociedad percibe, la identidad que nos construimos y la que nos imponen.
Carlos Copertone
Bilbao, enero de 2015