No, no estoy aquí, ni esto está sucediendo. No hay aquí, no hay yo, fuera de los esquemas de la representación, y no tengo otro interés que subvertirlos. Este que lo intenta no puede ser un yo, por tanto, ni esto donde sucede un lugar. Esto es quizás -o quiere ser- un puro acontecimiento, y su ocurrir desborda nombres de sujetos y tiempos, para expandirse deslocalizado en una planicie diseminada de territorios rotos, de coordenadas que no se sabe si dicen tiempo o lugar -o acaso todo lo contrario cuando uno se desliza y se confunden en otro. Esto es un escenario de mil pantallas, y en ellas el lugar es el tiempo, y el tiempo la única forma de lugar- que ellas conocen.
J. L. Brea
Imágenes cortesía de El cuarto de invitados.